domingo, 5 de junio de 2011

Decálogo para un mundo feliz

Nunca me gustó la novela Un Mundo Feliz, de Huxley, pero uso su título para retratar mi propia versión de ese mundo feliz. La novela británica muestra una sociedad imposible pero nada feliz porque la supuesta libertad de sus habitantes les hacía presos de si mismos. Yo, humildemente, sólo expreso aquí, bajo ese mismo título, mis sueños con un tinte bastante iluso pero que deberíamos exigir en una 'democracia real'. Es un producto de mi imaginación que, sé, comparto con muchos, aunque casi todos soñadores. ¡Qué pena! Yo también soy una indignada... a mi manera, claro.  

Aquí lo suelto por si alguien quiere soñar conmigo esta ilusión.

-Los más preparados son los que gobiernan
-Los más experimentados dirigen las empresas
-Los empresarios pagan un sueldo justo
-Los trabajadores cumplen con sus obligaciones
-Los padres velan por sus hijos
-Los hijos respetan a sus padres
-Los mayores imparten sus enseñanzas
-Los jóvenes aprenden de sus mayores
-Los más cultos educan a los niños
-Los más razonables imparten justicia
-Los más sabios hacen las leyes
-La libertad de cada uno acaba donde empieza la de los demás
-Todos velamos por la naturaleza